Tardes de soledad. Sonido y color de la Tauromaquia
Por María Haro Cruz
FICHA TÉCNICA: Documental. Coproducción (España, Francia y Portugal 2024). 125 min. Dir.:Albert Serra. Gui: Albert Serra. Int: Andrés Roca Rey, Manuel Lara, Francisco Manuel Durán, Roberto Domínguez. Ftg: Artur Tort. Mus: Marc Verdaguer.
Tardes de soledad fue estrenada el 21 de marzo en el renovado Cine Kubrick, de Vilafranca del Penedès, conjunto arquitectónico vintage de hall espacioso con butacas restauradas, un quiosco activo, un proyector en desuso y pósteres cinematográficos apelan su nombre, una gran sala inclinada de extensas butacas rojas divididas en dos pasillos laterales sitúan al poco público asistente, nada chocante por la particular personalidad de su director y la temática de su obra. Entré con la certeza de que sería un estreno inquietante. Al acabar solo pronuncié: ¡Es brutalmente preciosa!
Ha pasado por el Festival de San Sebastián, por los cines, la crítica y por el acogimiento de instituciones taurinas. Ha recibido el Premio Concha de Oro 2024, Premio El Mundo de Tauromaquia 2024, y la Medalla de Oro de las Bellas Artes 2024. Albert Serra lo explica todo en sus entrevistas y en los actos de presentación. El interés de su cine es: asentar la singularización de la experiencia creativa, la denuncia de su idiosincrasia y presentar un montón de cosas que le inspiran marcando su estilo que sobrevive al impacto cambiante de la tecnología y de la lingüística mediante una masiva reestructuración reflexiva en el montaje.
Albert Serra es un director con etiqueta propia, además de guionista, productor, actor, performancer, instalador, entrevistador, escritor y comentarista, realiza un cine heterogéneo y de rasgos undergrounds del pasado (EdB*) que diverge hacia la nueva tecnología (cámaras de vídeo de alta definición) rodando desde cerca en ambientes reales con diálogos propios de sus intérpretes, cercanos a cada momento de sus vidas, con sonido directo, combinado todo ello con el estudio antropológico de las realidades y relaciones humanas, cohesionado con trazos y pinceladas de arte contemporáneo de actualidad hacia la abstracción. Un trabajo en la línea de la obra de directores surgidos de la docuficción de los años 90 (Hong Sang Soo, Pedro Costa y Cristi Puiu).
Tardes de Soledad es la desmitificación del mito de la fiesta taurina, en formato documental. Muestra los elementos del toreo y del arte de la Tauromaquia, sin analogías, nada costumbrista ni folklórico pero si ritual y barroco de una tradición heredada que viene de lejos con algo de música lejana (Valse triste, Le cygne —The Swan— y Embryonic Journey) y, graba al torero López Rey, a su cuadrilla y, al toro nunca antes tan cerca, con poco público, parte del tendido y un desafío estético y efímero casi inmortal, captando imágenes y secuencias de espectacular belleza que nos dicen la verdad y hablan por sí solas de la vida y la muerte, de la lucha, del sacrificio y la violencia, presentadas al espectador en la oscuridad de la sala, conformando un álbum visual, que puede o no posicionar su punto de vista.
La Mise-en-scène de Tardes de soledad es la elección del volcado de las experiencias de grabación recogidas en un documento creativo de montaje, a la vez experimental, tratando de presentar lo intrínseco del mundo taurino.
Serra comienza con fuerza en la dehesa en medio de la naturaleza, el toro es captado en un primer plano impactante del amanecer con la luz natural del alba que ilumina su figura, desconcertante, turbadora y misteriosa. Sabemos lo que va a pasar.
Cinematografía escenas reducidas a su esencia —en el hotel antes y después de cada corrida, de un torero (Roca Rey) atractivo y vulnerable que junto a su ayudante con pocas palabras y gestos cumplen el ritual de ritos religiosos y de s’habille— primeros planos captados con detalle, visibilidad sensual y estética envueltos en una atmósfera de fantasía.

La acción sigue inmediata y nos desvela la cuadrilla de cerca (en el traslado o vuelta de la plaza, en el hotel y en el tendido) anulando las distancias y eliminando elementos anecdóticos. Registra sus diálogos originales, naturales y sencillos, sonidos y ruidos del torero y del toro encadenando una textura poética y popular de carga sugestiva y efectista que le llevan a la indagación del imaginario cultural y lingüístico del mundo taurino, aún de tonos, antiguos donde unas personas peculiares transmiten inocencia, valor y compromiso, desvelando la verdad.
Apenas están sugeridas las plazas que se distinguen por las zapatillas de sus mozos, solo un fragmento del tendido grana de madera moldeado y sencillo contrasta con el brillo de la arena amarillenta, ninguna panorámica y la ligereza de la música (lejano pasodoble) entrevé al público cercano a la barrera.
Con un tono lúdico, despreocupado y lento va construyendo el escenario de las corridas de toros con imágenes de la lidia, la poderosa presencia de personajes (subalternos, mozos, rejoneadores, banderilleros…), también Roca Rey, distintos toros y caballos que producen una hipnosis bellísima de secuencias y una relación dinámica con el espacio en el que sus cuerpos son en cierta modo escultóricos, entre el espacio vacío y el lleno, dibujando sus movimientos como Goya lo hizo en sus grabados de Tauromaquia, con una objetividad creativa y desconcertante apartado de lo tópico, dando una estructura al documento-relato además de configurar una composición pictórica y un emotivo color impresionista.
Serra investiga en Tardes de soledad esa plasticidad que se desvela en la propia actividad taurina, ese universo enmarcado de arquitectura funcional, decorativa y expresiva de estructuras y objetos enlazados con la simbología de los colores de imágenes que le vienen dadas: así el blanco de la camisa aparece también en el protector cerámico de las piernas de los rejoneadores y refiere la inocencia; el negro del corbatín y las zapatillas atenúan el peligro que está por venir y presagian la muerte; las medias rosas son vida y, la espiga negra bordada en ellas es el grano que muere como el toro que fallece dando vida y sustento al hombre (torero) a las corridas, a la fiesta y al tiempo a nuevos toros; detalles de vida como el vasito de metal donde los toreros beben agua en la plaza; los colores los trajes de luces están asociados a motivos religiosos y sociales como la pureza y el querer y, el rojo protagonista de los útiles taurinos atrae al animal salvaje significando valor, sacrificio, sangre y traición.
Serra y sus colaboradores diseñan un documento de tomas y planos en el montaje, consiguiendo escenas de profundidad, de sombras y luces, escogen el tipo químico de la película y el color, aciertan con la hora del día que ruedan, muestran sin clichés una aproximación a la comprensión del mundo (taurino) y de la sociedad (su colectivo) que vislumbramos «como apuntes, cuadros y tapices» en nuestro imaginario artístico-visual, durante años, popularizando milenariamente en el país la realidad de la fiesta: «la belleza que desprende el toro, un animal hermoso, enigmático y arcaico demostrando la tonalidad oscura de su piel de un azul aterciopelado expresando tristeza y, es herido en la afrenta y su sangre brota de un rojo caravaggio profundo, pide un cuerpo, lo coge, mancha su traje y la arena expresando así su bravura, fuerza e ignorancia. Y, ante él aparece la figura de Roca Rey “a plein air” de igual beldad y dureza con su traje de luces rodeado de la luminosidad brillante de la plaza al caer la tarde, lento y seguro centrado hipnóticamente en su arte y, el toro se defiende ante la razón y la maestría con una absoluta soledad y pasa de la vida en pocos instantes a la muerte».
Sí, Tardes de soledad, es una película preciada por tres valores que emblema: el valor del sonido y la voz de la diferencia, no empeñarse en un estilo sino en la difusión de una dilatada libertad creativa y de responsabilidad y, un trabajo cooperativo de fragmentos en su guión. ¡Una auténtica aportación al cine!
*De: «Cineconn. EdB Escuela de Barcelona (1960) movimiento artístico de cineastas que priman el trabajo con actores no profesionales, la subjetividad en el tratamiento de los temas y la experimentación en constante cambio en sus funciones durante el rodaje».