Genocidio (no tan) frugal
Por Nicolás Urman.
Hoy pensé en matarlo y no hubo forma que no se me apareciera como terrible, como imagen terrible apenas vislumbrada. El deseo fue mucho más que vislumbre, es mucho más, es deseo. Lo quiero muerto y lo quiero ya. No puedo esperar al viernes. Me tocó y me toca entonces debatirme qué me figuro de mí mismo, si enfermo por quererlo muerto o sano por únicamente quererlo y no poder más que dedicarle un frágil pensamiento a su ejecución. Pero lo cierto es que muerto bien lo quiero y de a poco lo estoy logrando. Ya no toma sus medicamentos, ya no lo miro, apenas lo cuido y lo alimento, apenas le presto atención, apenas hago lo que hacen de mí mis patrones: lo hago sobrevivir. Me hallo peor que mis patrones, yo ni siquiera lo deseo vivo, lo espero muerto, lo sueño muerto y espero que así sea, muy prontito, antes del viernes. Hacerlo dormir me sugirieron, metáfora espantosa y malamente dicha, no atina, si es que metáfora hay alguna que atine a dar con la muerte. Descanso, reposo, dar el espíritu como Alonso Quijano. Nada si no se dice muerte muerte muerte. Quiero que se muera y ya. No puedo esperar hasta el
viernes.
Será la sangre, me dije en un sueño. Mis patrones lo hacen conmigo y los que dicen ser como yo lo hacen con los que viven en esa franjita y en Judea y Samaria, si me permite la elusión. Me lo hacen, se lo hago, se lo hacemos. Me dije en un sueño. Apenas respira. Si le veo el pecho que delator se hincha y vuelve y me mira y me dice: ayer me querías. Hoy también, creeme. Pero como te quiero te quiero también muerto con el corazón estallado.
Sueño malo de mala comparación que me dijo que yo soy como esos que dicen que son yo. Pero eso no. No. No puede ser. Esos que dicen que son yo matan y hambrean y matan de hambre y matan con el hambre y matan cuando van a calmar su hambre y lo piensan, lo sueñan y lo hacen. Lo hacen. Lo hacen y tantos que dicen que son yo lo defienden. Traidores. Eso son: traidores.
Pero yo no, yo solo apenas lo pienso y deseo y apenas lo hago y te mantengo vivo apenas, comiendo apenas, bebiendo apenas y sin medicamentos ni caricias ni miradas ni palabras ni cariño. Sueño, no me compares. Por favor. No me compares.
Falta muy poquito para el viernes.