Eros + Psique y Psique + Eros
por Rosa Reis y Antonio Castilla
Esta vez queremos acercaros la palabra poética a través del deseo, para ello el poeta da paso al simbolismo con trasfondo sexual, en un juego íntimo donde el lenguaje forma parte del cuerpo.
El yunque de Thor
La cuerda pulsada,
arpegio obscuro,
albor de rocío
que abre tu flor.
¡Tan!
Clavijero en la nuca,
pandeo en el mástil;
es la danza eunuca
de negro martinete.
¡Tan!
Flexión ventral,
pecho arrebolado.
Inversas las tapas
del cello en tensión.
¡Tan!
Y recuerdas el suceso
en la barba del vecino. Y se ablanda el pellejo
de tu púbico tantán.
¡Tan!
Mi brazo lascivo,
mi mano pilón.
Mi amistad peligrosa
te audita
y penetra,
te horada
y penetra,
y vuelve
a penetrar,
por sumidero auditivo.
El calor ascendente,
en ascendente candor,
es la cuestión candente.
Se me va una mano
a la rima,
y la otra al percutor.
¡Tan!
Pero el ritmo es sin cadencia,
es la cadencia con “De”. Y sólo Eco pone tino a tu desatinada voz.
Bendita inclemencia
de TAN impío gong.
Eres agua, eres barco. Romperemos olas. Romperemos vientos.
Achicaré la sentina.
Yo marcaré la sentencia,
dictaré tu bogar.
Yo tu cómitre,
tú mi mascarón.
¡Tan!
Y serás mi condena.
Te vas deshaciendo a la cruda evidencia.
¡Tan!
Lívida la tez;
el livor golpea el estado de tu instinto animal.
La llamada de la selva, la brutal desinencia.
La entraña hecha Una.
Yo soy la mano por fuera, yo la maza interior,
soy minero;
tú el calcetín, la gruta.
Y tu piel mi camiseta; sola, esencia, vientre.
Ahora crees en el Sino.
¡Tan!
El resorte que impulsa tu faz disoluta.
Quien te llama es Belial,
con su cruel aldabón
de desasosiego.
¡TAN!
Es la llamada de Dios.
Yo su profeta.
Tú, mi tambor.
¡TAN!
El golpe de ariete.
La prístina música:
Es la Música Total.
Antonio Castilla
De un poemario que no existe
Fuera llueve
Ocupo el lado izquierdo de la cama
en una clandestinidad de amantes
anudo mi cintura
con mis dedos recorro
el arco de mi torso desnudo
cordilleras de vertebras
fuera llueve
tantas gotas
que el infinito de los números
termina sin poder contarlas
mi mirada
se pierde en la pared
fuera llueve.
Viaje fronterizo
Me interno en tu cuerpo hasta deshacerlo en el mío
lo descubro
lo recorro
me adentro
en la espesura de tu bosque con la lengua aterida
son mis manos incapaces de lograr
el delirio inalcanzable
de tu piel
solitaria manera de verte
un hueco mudo a la altura de tus labios
conteniendo el peso exacto de mi deseo
vago en la penumbra con mi manera de esperarte
excesiva y extraña
la vibración de la ciudad ajena al murmullo de tu carne
donde se refugia mi existencia.
Ascensor
Un cruce de miradas en el hueco de
un abismo
diez pisos en caída libre apoyada
en la línea de tus labios
y tus dedos
prolongando esta locura.
Deseo
la luz del sol se desliza sigilosamente
por las rendijas de la puerta e ilumina
su rosto
me adentro en el abismo de su mirada
que narra nuestra historia
una y otra vez las partículas
recortan el gesto
como si algo fuera a suceder
es entonces cuando pienso que
él pondrá su mano en
ese lugar de inquietante torbellino
donde poder aplacar la violencia
del instante.
Rosa María Reis
Del poemario tus ojos en el té