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7 Comments

  1. Un trabajado por anónimo que no quiere desvelar su identidad
    11/12/2025 @ 6:16 pm

    Reunión comercial de resultados del año

    Estoy en la sala de reuniones de la oficina que la han llamado con el nombre cursi de Sala Rotterdam en lugar de sala 1 como se había llamado hasta ahora, es una sala sobria y elegante con una mesa donde caben unas veinte personas, con enchufes y conectores USB y en el centro y sillas cómodas giratorias, presidida por una pantalla enorme donde se están proyectando los resultados de las ventas de este año.

    —Las ventas a YTD han bajado un 3,8% con respecto PY, pero 6,9% por debajo del BP, aunque las MT delivered este año es bastante similar al PY.

    Estamos reunidos todo el equipo comercial, algunos con sus portátiles abiertos, somos dieciséis personas, tres mujeres y trece hombres.

    —MM Pipeline versus Target a RCY de los Value Add para el Q1-2026 ha subido 1,25.

    Todos sabemos que este año hemos pinchado y todos conocemos estos números porque los estamos siguiendo de manera habitual, pero el director comercial expone los resultados como si fuera una primicia haciendo gestos grandilocuentes y en cada frase está dando el resultado como si le hiciera daño o como si no hubiéramos hecho lo suficiente y nos hubiéramos estado tocando los cojones todo el año. Yo hace un rato que he desconectado y me dedico a observar a mis compañeros.

    —El NWC está a 28 días cuando estaba presupuestado a 32, pero el AOC está a 41 días.

    Me sorprende que nadie esté en Babia como yo. Veo a Pedro tomando notas. ¿Que debe estar escribiendo este pedazo de pelota baboso si después recibiremos estos números por email? ¿Y Gloria?, ensimismada en la pantalla que parece que esté tratando de memorizar los datos. Vuelvo a mirar a la pantalla tratando que no se me note que estoy distraído.

    —MM Budget comparado con el average MM RCY del PY ha bajado de 24,3% a 23,9%.

    Fijo mi vista en el director comercial y me hago el chiste a mi mismo que cada día se parece más a Gurruchaga, pero más gordo, además su voz parece impostada cuando habla en castellano, con un acento catalán demasiado pronunciado que parece un mal imitador y me rio por dentro que parece una broma que tu jefe sea Gurruchaga con un exagerado acento catalán.

    —El oportunity pipeline esperado para el 2026 ha crecido solamente 1,1%, pero afortunadamente el EBITDA está a 1,3 millones, en línea con respecto al presupuesto.

    Cabrones, desde que nos compró un fondo de inversión lo único que les importa es que van a seguir ganando millón y pico cada año mientras que a nosotros nos ratean cualquier subida y nos recortan el variable. Es de primero de economía mejorar el EBITDA reduciendo costes. Este año habéis cerrado un almacén y ¿a cuánta gente habéis echado? A Xavi y a Christian del almacén, Kevin de comercial, Esther, David y Cintia de contabilidad, y los comerciales que se han ido, Andrea, Héctor y Alex y que no vais a reemplazar.

    Me quedo absorto mirando la puerta, sería tan fácil levantarme y salir, no haría falta decir nada, solo levantarme en silencio. Pero sería tan gratificante decir algo, una frase que quede para la historia como esos genios que en el momento de morir dijeron algo ocurrente como Grouxo Marx o Churchil. Ahora solo se me ocurre decirles “aquí os quedáis pandilla de imbéciles, no os dais cuenta que este cuento es para no pagarnos el variable, pero que los inversionistas sigan cobrando”. Me quedo pensativo estrujándome el cerebro ¿una frase elocuente? Niego con la cabeza, tengo la cabeza hueca de estar en este circo. Solo se me ocurre que podría subirme a la mesa y patear los portátiles y decirles, ¿no lo veis? ¿Es que no lo veis? Cada vez venderemos menos porque la industria europea se está desmoronando y cada año nos ponen una previsiones de crecimiento del diez por ciento.

    Pero me quedo callado, claro que me quedo callado, todo por un salario a final de mes y cotizar para tener una buena pensión para cuando me jubile. Siempre me han llamado la atención los personajes que tienen principios y son capaces de ir en contra de lo establecido, los revolucionarios que cambiaron las cosas o por lo menos lo intentaron. Pero yo formo parte del engranaje que hace que el rico sea cada vez más rico en este mundo capitalista que da asco. Soy así, me voy a quedar calladito como un hipócrita. ¿Cuánto me queda? Nueve años para jubilarme, a ver si no se hace muy pesado que tengo que aguantar. Asiento con la cabeza y cruzo la vista con el director comercial que me sonríe satisfecho y me inquieto porque llevo un rato desconectado y no tengo ni idea de lo que está hablando.

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  2. Pedro Picapiedra
    11/12/2025 @ 6:23 pm

    El Zote.
    Pedro dale a la Piedra

    Yo abuelo y mi nieto. Esta realidad en el ocho de diciembre del 2025. Anteayer mismo. Sin más, mi nuera me solicita ese favor tan propio de los denominados abuelos.
    —Gabriel está malo ¿mañana te podrías quedar con él?
    —¿Yo…? Claro, pero no sé, ya sabes… A esta edad están muy apegados a los padres e igual se cabrea, quiero decir que…, que se enfada. Pobre, lo último que quisiera es que llorase y llorase, toda la mañana dale que te pego. Imagina. Por él lo digo ¿eh?
    —Es que mi madre tiene que ir al especialista con mi padre. Y ahora mismo no tengo a nadie más pues tu hijo ha agotado los días de libre disposición. No te lo pediría si no fuera por qué…
    —Vale, que no hay problema. Para eso estamos. Lo decía por el niño que igual no se hace conmigo. Es sabido, la juventud busca juventud.
    —Pero si tiene catorce meses.
    —Ya te digo. ¡Qué grande está!
    En definitiva, que me lo encasquetó. No es que no quiera. No, no es eso. Es que son muy raros. Veganos a temporadas, de enseñanza libre, muy inclusiva. Visten al nano en plan Poltergeist cuarenta y dos grados bajo cero. Además, te digo, mi nuera confía en su madre para ignorarme un día con sus trescientas sesenta y cinco noches. Apenas he peleado con el nano un par de veces y escaso tiempo, sufriendo la peor parte. No se ha privado de arañarme y morderme.
    Anteayer, llegado a su casa, encuentro a mi nuera a mil revoluciones por hora. Llega tarde al trabajo, un colegio pijo de Pedralbes. Mi hijo marcha a las cinco a trabajar. En cuatro palabras aceleradas intenta explicarme mis obligaciones y deberes íntegros durante la larga mañana.
    Se pone los zapatos a la par que me explica dónde está el biberón, a qué temperatura, cuántas cucharadas, con celeridad abre la nevera y me indica lo que le puedo hacer de comida sólida. Con el nano a cuestas se toma el café, me mira como a un tontolaba.
    —¿Me coges a Gabriel, por favor?
    —Ah, claro.
    No me estoy enterando de nada. Y doy esa imagen, que no me entero de nada. Siquiera de que tengo que quedarme con mi nieto. Mi nuera no me ha llamado para luego llevarse al nano a su colegio. Sería de lo más estúpido.
    Gabriel me repasa mientras intento pasar desapercibido. No sé, si le miro, ¿qué puede pasar? Nada bueno. Pero debo mostrar quién es el adulto, así que le dirijo una rauda ojeada. Contemplo que mueve los dos puños cerrados, los junta en plan Bola de Drac. La madre lo entiende a la primera.
    —Oh, no. Quiere más biberón.
    —¿Ah, sí?
    —Gabriel habla por gestos. Es muy inteligente, le hemos enseñado a indicarnos sus necesidades y problemas por medio de un lenguaje de signos. Es el método Drako.
    —¿Y no sería mejor que hablase?
    —¿Con catorce meses? Me marcho, es muy tarde. Hazle otro biberón.
    Y se larga. Me abandona a mi suerte. Que le haga otro biberón, como si fuese tan fácil. Coser y cantar, no te digo. Mientras, Gabriel sigue erre que erre juntando los puños al tiempo que arruga la nariz, sabedor de que no voy a estar a la altura.
    Trasteo y hago lo que puedo. ¡Por fin lo he conseguido! Le ofrezco el biberón a Gabriel y este niega con la cabeza al tiempo que junta los puños, pero con el dedo meñique abierto. No me fastidies, ha cambiado el mensaje. Seguro.
    ¿Qué significan los dos puños con el meñique abierto?
    Hala, a berrear. Lo hace adrede, a toda pastilla. Telefoneo a su madre que transita con el coche, siquiera ha llegado al trabajo. Le describo el nuevo mensaje.
    —Está claro, tiene más hambre, pero no de biberón, sino de pan con tomate. Está en la nevera, ya te lo he explicado. Tengo que colgar…
    ¿Qué? ¿Claro? De qué va esto.
    El nano llorando más que un sauce llorón y no decae. Entro en la nevera, busco y sacó un tomate rojo como una lechuga, cojo pan y hago algo parecido a un pan amb tomaquet.
    Se lo doy, pero no ceja en sus berreos. Al final, muerde un poco, no mucho, y no le agrada, así que sigue berreando. Hay unas magdalenas en la mesa de la cocina. Mi nuera me ha advertido que no le dé, tienen mucha azúcar, así que le ofrezco una, pero sin dársela. Extiende la mano, pero le indico con los dedos que haga mutis por el foro. O nada de nada. Jope, si lo entiende. Calla, y le doy la magdalena.
    Acabada la magdalena me señala los juguetes que hay en varias cajas de transparente plástico. Le saco una jirafa y la rechaza. Junta las dos manos abiertas y las abre y cierra. Encuentro un rinoceronte y se lo entrego. No aguanta más su incomprensión y reinicia los lloros y pataleos.
    Al final. Sí, al final, telefoneo a la madre. Que está en clase, dice. Ya, pero… Le explico lo de las manos y suspira.
    —Pero, hombre, te está pidiendo el cocodrilo. Está claro, simula la manera de morder del cocodrilo.
    Así toda la mañana. Una auténtica gozada.
    Mi nuera le ha comentado a mi hijo que desconocía que fuera tan zote.

    Reply

    • Pedro Picapiedra
      11/12/2025 @ 6:25 pm

      El Zote.
      Pedro dale a la Piedra

      Yo abuelo y mi nieto. Esta realidad en el ocho de diciembre del 2025. Anteayer mismo. Sin más, mi nuera me solicita ese favor tan propio de los denominados abuelos.
      —Gabriel está malo ¿mañana te podrías quedar con él?

      —¿Yo…? Claro, pero no sé, ya sabes… A esta edad están muy apegados a los padres e igual se cabrea, quiero decir que…, que se enfada. Pobre, lo último que quisiera es que llorase y llorase, toda la mañana dale que te pego. Imagina. Por él lo digo ¿eh?

      —Es que mi madre tiene que ir al especialista con mi padre. Y ahora mismo no tengo a nadie más pues tu hijo ha agotado los días de libre disposición. No te lo pediría si no fuera por qué…

      —Vale, que no hay problema. Para eso estamos. Lo decía por el niño que igual no se hace conmigo. Es sabido, la juventud busca juventud.

      —Pero si tiene catorce meses.

      —Ya te digo. ¡Qué grande está!

      En definitiva, que me lo encasquetó. No es que no quiera. No, no es eso. Es que son muy raros. Veganos a temporadas, de enseñanza libre, muy inclusiva. Visten al nano en plan Poltergeist cuarenta y dos grados bajo cero. Además, te digo, mi nuera confía en su madre para ignorarme un día con sus trescientas sesenta y cinco noches. Apenas he peleado con el nano un par de veces y escaso tiempo, sufriendo la peor parte. No se ha privado de arañarme y morderme.

      Anteayer, llegado a su casa, encuentro a mi nuera a mil revoluciones por hora. Llega tarde al trabajo, un colegio pijo de Pedralbes. Mi hijo marcha a las cinco a trabajar. En cuatro palabras aceleradas intenta explicarme mis obligaciones y deberes íntegros durante la larga mañana.

      Se pone los zapatos a la par que me explica dónde está el biberón, a qué temperatura, cuántas cucharadas, con celeridad abre la nevera y me indica lo que le puedo hacer de comida sólida. Con el nano a cuestas se toma el café, me mira como a un tontolaba.

      —¿Me coges a Gabriel, por favor?

      —Ah, claro.

      No me estoy enterando de nada. Y doy esa imagen, que no me entero de nada. Siquiera de que tengo que quedarme con mi nieto. Mi nuera no me ha llamado para luego llevarse al nano a su colegio. Sería de lo más estúpido.

      Gabriel me repasa mientras intento pasar desapercibido. No sé, si le miro, ¿qué puede pasar? Nada bueno. Pero debo mostrar quién es el adulto, así que le dirijo una rauda ojeada. Contemplo que mueve los dos puños cerrados, los junta en plan Bola de Drac. La madre lo entiende a la primera.

      —Oh, no. Quiere más biberón.

      —¿Ah, sí?

      —Gabriel habla por gestos. Es muy inteligente, le hemos enseñado a indicarnos sus necesidades y problemas por medio de un lenguaje de signos. Es el método Drako.

      —¿Y no sería mejor que hablase?

      —¿Con catorce meses? Me marcho, es muy tarde. Hazle otro biberón.

      Y se larga. Me abandona a mi suerte. Que le haga otro biberón, como si fuese tan fácil. Coser y cantar, no te digo. Mientras, Gabriel sigue erre que erre juntando los puños al tiempo que arruga la nariz, sabedor de que no voy a estar a la altura.

      Trasteo y hago lo que puedo. ¡Por fin lo he conseguido! Le ofrezco el biberón a Gabriel y este niega con la cabeza al tiempo que junta los puños, pero con el dedo meñique abierto. No me fastidies, ha cambiado el mensaje. Seguro.

      ¿Qué significan los dos puños con el meñique abierto?

      Hala, a berrear. Lo hace adrede, a toda pastilla. Telefoneo a su madre que transita con el coche, siquiera ha llegado al trabajo. Le describo el nuevo mensaje.

      —Está claro, tiene más hambre, pero no de biberón, sino de pan con tomate. Está en la nevera, ya te lo he explicado. Tengo que colgar…

      ¿Qué? ¿Claro? De qué va esto.

      El nano llorando más que un sauce llorón y no decae. Entro en la nevera, busco y sacó un tomate rojo como una lechuga, cojo pan y hago algo parecido a un pan amb tomaquet.

      Se lo doy, pero no ceja en sus berreos. Al final, muerde un poco, no mucho, y no le agrada, así que sigue berreando. Hay unas magdalenas en la mesa de la cocina. Mi nuera me ha advertido que no le dé, tienen mucha azúcar, así que le ofrezco una, pero sin dársela. Extiende la mano, pero le indico con los dedos que haga mutis por el foro. O nada de nada. Jope, si lo entiende. Calla, y le doy la magdalena.

      Acabada la magdalena me señala los juguetes que hay en varias cajas de transparente plástico. Le saco una jirafa y la rechaza. Junta las dos manos abiertas y las abre y cierra. Encuentro un rinoceronte y se lo entrego. No aguanta más su incomprensión y reinicia los lloros y pataleos.

      Al final. Sí, al final, telefoneo a la madre. Que está en clase, dice. Ya, pero… Le explico lo de las manos y suspira.

      —Pero, hombre, te está pidiendo el cocodrilo. Está claro, simula la manera de morder del cocodrilo.

      Así toda la mañana. Una auténtica gozada.

      Mi nuera le ha comentado a mi hijo que desconocía que fuera tan zote.

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  3. Llados
    11/12/2025 @ 6:51 pm

    Coacheo

    El niño está temblando de miedo y huele a orines
    – ¡No llores! Conmigo estás a salvo
    El tono brusco hace que se escape un gemido y que se humedezcan sus ojos
    – ¡Que no llores, aloro! Desde ahora yo te coacheo
    Le tiende una mano sucia y llena de callos que el niño agarra con cuidado
    – Lo más importante es el brandeo, que vean que eres un bro toduro. Mentalidad de tiburón.
    Caminan con cuidado vigilando el entorno
    – Tú te crees un mierda, pero yo veo algo en ti. Desde ahora eres el dueño de tu propio destino. Si quieres, puedes.
    Levanta una plancha que oculta un hueco en la pared
    – Entra. Vas a dejar de ser un fucking panza. Te voy a convertir en el bro más mamado del subur. 
    El niño no se decide, retrocede
    – ¿Quieres estar out? Adelante, no entres. No pain, no gain. Si vienes estarás to swole. Si sales estarás cagado toa la vida. ¿Qué dices?
    Se agacha y, casi a gatas, entra por el hueco. Dentro está oscuro y hace frío. Una mano lo tumba en el suelo y le baja los pantalones. Deja de hablar en ese lenguaje inventado y gruñe mientras lo manosea. Piensa en que se convertirá en una masa de músculos, que dará miedo al andar por las calles, y se pone a llorar.

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  4. tintin
    11/12/2025 @ 9:08 pm

    Llamps i trons

    Hoy es día de celebración en la casa de los Dalton: cumplen cinco años de casados. Luisa se acerca a su marido y lo despierta con un beso suave en la mejilla, de esos que ella insiste en describir como “aterciopelados y transparentes como el mar”. Yo solo soy el narrador, pero confieso que preferiría expresarme con menos azúcar.

    Juan se despereza con los besos de su esposa, se miran un instante y se funden en un abrazo. Él, con su manera particular de ver el mundo —o más bien de no verlo— le dedica un saludo lleno de cariño:

    —Bon dia, estimada, que formosa… enbadalit estic en veure els teus ulls.
    (“Buenos días, querida, qué hermosa eres; me quedo embelesado al ver tus ojos”.)

    Luisa sonríe, pero le recuerda que debe vestirse: los invitados están a punto de llegar.

    Pronto la puerta empieza a sonar como si alguien hubiese decidido instalar un timbre industrial. Llegan los padres de uno, los padres de la otra, los niños y un desfile de familiares que parecen multiplicarse por generación espontánea. Los suegros de Luisa la observan con gesto distante; su mirada perdida deja claro que, al menos mentalmente, no están allí.

    —Bona tarda, estimada —dice uno—. Sembla que fa una mica de fred… t’he portat una rabaceta.
    (“Buenas tardes, querida. Parece que hace un poco de frío… te he traído una mantita.”)

    A cada nuevo sonido del timbre, aparecen invitados de todo tipo: gente elegante, de clase social alta, y luego los amigos de Juan, que son… distintos. De esos que madrugan porque no les queda otra, que piensan que morirse tampoco debe de ser tan terrible porque, en el cielo, al menos no hay hipotecas. Dicen ellos; yo, narrador, no respondo por esas teorías.

    En el patio todo está preparado para la danza de homenaje a los casados, aunque no entiendo por qué han colocado un bolso en medio y todos bailan en círculo de puntillas. No sé si el suelo quema o si es alguna tradición local que nadie me explicó, pero, en fin, yo narro lo que veo.

    El baile termina y escucho a las amigas de Luisa charlando con Joan en ese idioma que ya casi nadie usa, perseguido y prohibido por la nueva “Policía idiomática”, fruto del avance de la extrema derecha. Aquí, en esta celebración apartada, se permiten el lujo de hablarlo sin miedo.

    —Amigues, avui ja fa 5 anys que el Joan es va juntar amb la Lluïsa… Joan, vols més all i oli per la botifarra?
    (“Chicas, hoy ya hace 5 años que Joan se juntó con Lluïsa… Joan, ¿quieres más alioli para la butifarra?”)

    Hacen una broma vulgar que no repetiré, porque hasta yo necesito conservar algo de dignidad.

    La cena avanza entre risas y conversaciones clandestinas. Es casi un acto de resistencia hablar así, aunque nadie entienda ya el idioma, ni siquiera yo del todo.

    Luisa se acerca a Juan, lo toma suavemente del brazo y, mirándolo fijamente, le susurra:

    —Vols fer el favor de deixar el ChatGPT? Si vols una història, ja te l’explicaré jo.
    M’he enamorat de la meva millor amiga, així que gaudeix de la celebració. Ale, digues a la IA que et tradueixi això.
    (“¿Quieres hacer el favor de dejar el ChatGPT? Si quieres una historia, ya te la contaré yo. Me he enamorado de mi mejor amiga, así que disfruta de la celebración. Anda, dile a la IA que te traduzca esto.”)

    Y así termina la historia. O lo que me dejaron contar.

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  5. Carlos Gallego
    11/12/2025 @ 11:02 pm

    EL MENSAJE

    15 de enero
    Historial del paciente J.I. Ingreso registrado a fecha de hoy. El individuo presenta un cuadro psicótico agudo con brotes violentos, aunque no se aprecian comportamientos autolesivos. No se ha localizado a ningún familiar o persona cercana, tan sólo algunos conocidos que no se pueden considerar allegados y que declinan asumir ninguna responsabilidad en relación con el alta.
    En una primera exploración, el paciente se muestra orientado. Su actitud es colaborativa y receptiva frente a la anámnesis; se podría decir que incluso cordial. Es evidente que no carece de habilidades sociales, aunque matizadas por episodios de extrema euforia que rayan con la manía. Achaco el comportamiento al intento de fingimiento de una profunda mejoría con la intención de acortar el tiempo de ingreso hospitalario y recibir el alta lo antes posible. Desaconsejo la misma. Esta primera impresión de normalidad difiere de lo relatado por los servicios de urgencia y la policía; el ingreso se ha producido tras una brutal agresión a un funcionario de Parques y Jardines. A pesar de la actitud colaborativa, inicio protocolo para casos peligrosos. El paciente será internado en el pabellón de agudos para mantener una observación exhaustiva. Pauto un tratamiento de contención con 15mg de Alprazolam y 25mg de Clozapina.

    23 de enero
    J.I. parece responder correctamente al tratamiento farmacológico. Se muestra
    tranquilo y estable, los relatados picos de euforia en los que verbaliza sus alucinaciones y delirios van remitiendo. Resulta sencillo establecer vínculo con él e incluso sentirse seducido por su personalidad. Como el estado de extrema ansiedad ha disminuido, pauto una reducción en el Alprazolam a 10mg, manteniendo la misma dosis de clozapina. También recomiendo un cambio de habitación ya que unos leves sonidos producen en el paciente recaídas en su ideación psicótica.
    Los sonidos que refiere son reales, yo también los he oído. Debe tratarse de algún aparato de mantenimiento con malfunción. Son como leves murmullos que parecen proceder de la ventana exterior, el paciente los interpreta como voces que articulan un lenguaje perfectamente organizado, ciñéndose a la coherencia interna de su delirio.

    30 de enero
    Desde que se produjo el cambio de habitación, J.I. se muestra apático y triste.
    Considero la posibilidad de que esté sufriendo un episodio depresivo relacionado con un movimiento pendular en su tendencia a una euforia desequilibrante y decido introducir 10 mg. de escitalopram por la mañana y reducir la clozapina a 15 mg.

    5 de febrero
    J.I. parece haber establecido un fuerte vínculo conmigo. Voy a aprovechar esta situación para iniciar una terapia psicológica con el paciente. Baso mi intervención en una escucha activa mientras damos largos paseos por el jardín del sanatorio.

    10 de febrero
    La terapia está siendo un éxito, ha surtido un rápido efecto y el estado de su humor ha mejorado radicalmente.
    He de confesar que siento una especial predilección por este paciente, lo que
    me lleva a buscar siempre su compañía para poder tratarlo. Esta mayor dedicación me supone un sobre esfuerzo y ha hecho mella en mí. He comenzado a notarlo en forma de vértigos y en la percepción de sonidos inexistentes. No se trata de acúfenos, los definiría mas bien como el sonido que hace un orquesta
    cuando afina los instrumentos antes de comenzar el concierto, un conjunto de notas disonantes envuelto en un rumor como de oleaje o parecido al que el viento
    produce en un campo de trigo.

    28 de febrero
    J.I y yo hemos pasado toda la tarde sentados escuchando a las plantas del jardín. Apenas las puedo entender, pero me es imposible dejar de escucharlas.
    Al principio sus voces me resultaban desagradables, me infundían temor. Supongo
    que se debía al lógico miedo que nos inspira lo desconocido. J.I. me ha explicado el fundamento científico de la conversación de las plantas, pero para mí sigue siendo algo mágico.
    No disponen de un único modo de comunicación. Algunas lo hacen liberando compuestos orgánicos volátiles, otras se valen de microseñales eléctricas o redes micorrízicas que tejen una tela de araña subterránea de hongos que las une entre sí; incluso lo hacen por medio de organismos como microbios, insectos u otras plantas.

    4 de marzo
    No he modificado el tratamiento farmacológico, pero, por supuesto, hace días que no se lo administro. J.I. se muestra ahora sobrio y clarividente como un descarnado buda. Ha comenzado a trazar un plan para conseguir abandonar el pabellón de graves, lo que hará mas fácil la fuga. J.I. no tiene miedo a asumir su singular condición, en cambio yo, estoy aterrado ante la responsabilidad que siento que voy a contraer. Confío en él, pero es difícil asumir nuestra insignificancia y entregarse a algo mayor. ¿Si al menos pudiera entender lo que me hablan?
    J.I me sonríe y me dice que no me preocupe, intenta reconfortarme y me repite una y otra vez que acabaré por entenderlas y que entonces desaparecerán mis dudas. Le pido que me las traduzca, pero el calla, y en su silencio oigo que me dice que aún es pronto; sólo ellas saben cuando será la hora de que se haga la luz para mí.

    9 de marzo
    Hoy me ha parecido comprender algo por primera vez, ha ocurrido cuando caminábamos entre los cipreses que hacen de cerca viva al sur del sanatorio. Me ha parecido oír mi nombre, pronunciado con la grave voz de los árboles. He reído como un niño y J.I. me ha abrazado riendo también y, en susurros, me ha dicho que está ya cerca el momento de que me sea revelado el mensaje.

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  6. Pantera Morada
    12/12/2025 @ 7:05 pm

    Mesach

    Yiar 2152. Junio. Miercoles 14.

    Planeta 45. Chongland, sector 15.

    Jier base yieyie. Todai encontraron un hallazgo que puede revolucionar lo que sabemos de nuestra lengua. De todas las lenguas modernas. Is un compendio de 23 bucs, decorados caguai, con jaopians de lo que parece una gia de los ferstos colonos. Je hallazgo, plus los otros similares encontrados en otros planetas de our seim galaxia canen aportar notonli informacion de las raices lenguaticas, bat ye de la vida de la colonizacion del periodo 2 after del cataclismo y chian de la fusion de los gobiernos de Usa y Chonguo.

    Zaimos a la espera de plus instrucciones y de que lleguen los especialistas. Saichian.

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